La palabra “Stress” (1950) viene del griego “Stringere” que significa APRETAR, y del original inglés “Strain” (Fatiga).
En 1950 Hans Seyle (fisiólogo y médico austrohúngaro, nacionalizado canadiense) presentó su libro “Stréss: Un Estudio sobre la Ansiedad”.
El término fue adoptado por la PSICOLOGÍA que lo definió como un conjunto de Síntomas Psicofisiológicos denominados SÍNDROME GENERAL DE ADAPTACIÓN (SGA) ó Sistema General de Adaptación.
Gracias a ese "Estrés" o Sistema General de Adaptación contamos con el mecanismo de sobrevivencia “lucha/huida” que le permitió evolucionar a nuestros antepasados “cavernícolas” y permite sobrevivir al bebé mas indefenso.
El estrés es una reacción natural de nuestro organismo ante situaciones que percibimos como amenazantes. Este mecanismo garantiza nuestra “sobrevivencia” ya que nos permite estar alertas para luchar o huir (mecanismo lucha/huida):
Luchar/huir fue lo que hicieron nuestros antepasados cavernícolas cuando eran amenazados por grandes bestias, o cuando la naturaleza inclemente los hacía huir de un lugar a otro.
Luchar/huir es lo que hace un bebé apenas recién nacido cuando por ejemplo es sometido a fuertes ruidos o cuando le impedimos el libre movimiento de sus brazos (Actos reflejos)
Como vemos el estrés no es el malo de la película, lo que pasa que hemos dañado el mecanismo que le funcionó a la perfección a nuestros antepasados cavernícolas, y al bebecito saludable.
Hay una creencia muy generalizada de que el estrés es dañino, la “enfermedad del Siglo XXI”, y por tanto debemos deshacernos de él a como dé lugar.
Nada más lejos de la realidad, el estrés sigue siendo al igual que en la época del Neandertal o Cro-Magnon nuestro mejor recurso de sobrevivencia, si recurrimos a el de manera responsable, es decir, a modo Estrés Responsable.
Las nuevas demandas culturales han desvirtuado y dañado este sutil mecanismo de alerta que sólo está ahí para auxiliarnos ante una amenaza inmediata y a corto plazo, y no para que se le mantenga “encendido” por largo tiempo tal como sucede en la actualidad.
Vivimos en un estado de alerta continuo sintiéndonos amenazados hasta de nuestra sombra: competencia, inconformidad, violencia, bombardeo informativo, “escasez en la abundancia”, estilo de vida poco responsable, es lo que realmente atenta contra nuestra salud y bienestar y es lo que debemos eliminar, no al estrés que encierra en sí mismo un maravilloso Sistema General de Adaptación. Apaguemos las "falsas alarmas" y escuchemos de manera responsable que nos dice el estrés.
En próximos artículos te contaré más de mi propuesta de Estrés Responsable.
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