Miriam Castillo P.
Psicóloga Integrativa/Coach/Facilitadora/Dramaturga
Conversaremos sobre Autoestima tomando como fuentes la Psicología Humanista (Desarrollo del Potencial Humano), la Psicología Transpersonal y el Enfoque Sistémico.
Planteamos en primer lugar que la Autoestima es la energía vital que posee todo Organismo Vivo, y por definición, todo Ser Humano; esta energía permite Ser y Estar, crecer y desarrollarse. Es precisamente esa energía, esa fuerza vital transformadora, lo que estimamos, lo que valoramos, y la que hace posible el “Milagro” de que el recién nacido, usando sus capacidades y potencialidades, pueda satisfacer su necesidad de alimento de manera decidida y responsable bien sea llorando y/o succionando.
A esa fuerza vital se refieren A. Maslow y C. Rogers precursores de la Autoestima, dentro de la corriente del Potencial Humano,cuando afirman que:
“Todo Ser Humano, sin excepción, por el mero hecho de serlo, es digno de respeto incondicional de los demás y de sí mismo; merece estimarse y que se le estime”.
EL FENÓMENO DE LA AUTOESTIMA COMO UN "ICEBERG" A TRES NIVELES ENERGÉTICOS
Como marco de referencia planteamos la idea de la Autoestima como un "iceberg" que resguarda su fuerza y soporte en un cimiento no visible. Así, la Autoestima es un continuo de energía que arranca de la esencia biológica de la persona, pasando por lo sensorial perceptual, hasta llegar a las imágenes, conceptos y símbolos del individuo. Este continuo explica el mayor o menor grado de conciencia de la experiencia y vitalidad de la energía puesta de manifiesto a un nivel externo o superficial, y a un nivel más profundo de la persona.
I.- Nivel Orgánico: “Yo Soy Mi Experiencia”. Lo que acontece en este nivel externamente se pone de manifiesto en una mayor congruencia entre lo que se “siente” y lo que se hace. Aquí sucede lo que biológicamente le es propio a la persona y la lleva a usar sus capacidades, potencialidades y recursos para la satisfacción de sus necesidades; a través del contacto, los límites y los contextos se experimenta la conciencia y libertad del sí mismo. La fuerza de la Autoestima como energía vital es muy alta en este nivel.
II.- Nivel Sensorial/Perceptual: “Yo Soy lo que percibo de mi experiencia”. Lo más externo de este nivel es la Autopercepción, es decir, el conjunto de sensaciones, experiencias y aprendizajes incorporadas que conforman un “marco de referencia personal” que permite la congruencia con el medio en la medida que la ésta se corresponda con la que otros tengan de la persona. A nivel profundo se da una elaboración de los refuerzos, positivos o negativos, de los otros. El Yo Soy (Sí Mismo) está así en función de lo que los otros piensen o sientan de él o ella. Comparado con el nivel anterior la fuerza de la Autoestima, como energía vital, aquí se reduce.
III.- Nivel Conceptual: “Yo Soy lo que pienso de mi experiencia, o lo que los demás piensan de mi experiencia”. Aquí se da una mezcla de realidad y fantasía a través de filtros que niegan, distorsionan, cambian o eliminan la experiencia. La “experiencia” aquí es lo que la persona se programa para pensar acerca de sí misma a través del auto concepto, la autoimagen o la autovaloración. Por cuanto en ocasiones los contenidos de esos programas introyectados no necesariamente tienen que ver con la experiencia real del “Sí mismo” este será el nivel donde la fuerza de la Autoestima como energía vital es sumamente débil o está ausente.
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