Sin duda, la cocina es una de las artes de la confección que se me antoja como un acto mágico donde se confabulan la alquimia, la física y la química. De todos estos actos mágicos de la cocina, la elaboración de las mermeladas siempre me ha parecido el mas magico de todos.No se si por el proceso o por el resultado, pero los olores, los colores, los sabores que se amalgaman en una mermelada me lleva a la reverencia. Me lleva "de lo humano a lo sublime".
Hay algo mas en esto de mi disfrute en la preparación de las mermeladas y es su parecido con nuestros procesos de cambio y transformación. Saber esperar, sin acelerar el proceso, darle su "timer", su "momentum", encontrando el punto de ebullición perfecto para que lo nuevo emerja. Eso nos exigen nuestros procesos de cambio y transformación, y eso nos exige la buena mermelada.
Y así es. Elaborar mermeladas, como todo arte culinario, es un recurso terapéutico y sanador por excelencia. Qué te parece si la próxima vez que te sientas desconectado, deprimido, con desanimo, pruebes a preparar una deliciosa mermelada? Y si cantas y bailas al son de una música encantadora "santa medicina"
Te cuento que las posibilidades de las mermeladas son tan infinitas como tu imaginación, ya eso es tentador. Hay mermeladas de mandarina, limón, almendras, lima y hierba buena, zapallo (auyama), kiwi, zanahoria, higos, uvas pasas, guayaba (la especialidad de mi Tia Lola), uva y manzana, uchuvas, fresas (la especialidad de mi amado esposo El Super), toronja, durazno, tomate, tunas... y pare usted de contar.
Actualmente vivo en una linda y tranquila ciudad colombiana: La Ceja de Antioquia. Es una ciudad de flores y bicicletas, y yo agrego, de frutas. Se consiguen frescas, abundantes y a muy buen precio. De entre esas tantas frutas tengo predilección por las tunas. Siempre me han gustado pero en mi país, Venezuela, no se ven en abundancia, al menos en Caracas, y son algo costosas.
De tanto que me gustan las tunas, y de tanto que me gusta preparar mermeladas, era inevitable que me lanzara a preparar mermelada de tuna.
Entonces, aquí te dejo mi paso a paso, con algunas fotografías del dulce proceso.
!Aquí vamos!
INGREDIENTES
- 6 a 8 Tunas maduras y grandes
- 1 naranja amarilla (Yo use del tipo tangelo, una delicia
- 1 limón (Yo use del tipo "limón mandarino" que es injerto con mandarina, otra delicia)
- 3/4 de taza de azúcar
PREPARACIÓN
Lavas todas las frutas. Esto siempre lo hago, lo aprendí de mi madre Maria Luisa.
Picas las tunas, le sacas la pulpa y las colocas en un envase que te permita triturarlas con un pisador de puré.
Rallas la piel de la naranja cuidando de no rallar la parte blanca que te puede amargar tu deliciosa mermelada de tuna. Exprimes el jugo de media naranja y medio limón.
Mezclas todos los ingredientes con los 3/4 de azúcar.
Ahora, llevalo a cocción en una olla preferiblemente de acero inoxidable o un material no adherente del tamaño suficiente que te permita mover adecuadamente tu mezcla mágica sin que se derrame. Al comienzo dejalo en fuego fuerte y apenas comience a hervir baja a fuego medio/bajo.Revuelve cada cierto tiempo para ayudar a que se de el maridaje entre todos los ingredientes.
Un detalle importante: elimina la espuma que aparece en la superficie de la cocción lo cual es recomendable hacerlo casi al final del proceso para no correr el riesgo de eliminar junto a la espuma parte de la pectina tan importante para el sabor y consistencia de nuestra mermelada.
El tiempo promedio de cocción son 30 minutos; sin embargo, tu intuición de cocinero/a te dirá cuál es el momento perfecto para retirar tu delicia del "fogón"
La puedes guardar en un frasco con tapa hermética. En mi experiencia esta mermelada la puedes conservar a temperatura ambiente hasta por dos semanas, aunque no creo que te resistas a disfrutarla con familiares y amigos, es decir, seguro no llega a las dos semanas.
Untada con galletas y pancitos es irresistible. Te puedo asegurar que esta mermelada de tuna la amaras con locura.
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